lunes, 17 de febrero de 2014

Así duermo, así no duermo.

Cerrar de ojos. Notas como tu cuerpo se va relajando, tu respiración lo hace simultáneamente. Sabes que eres consciente del estado en el que entras, es placentero, pero a la vez te asusta pensar que el día va a finalizar ahí. Cuántas horas he aprovechado hoy? Cuántas de esas horas he hecho lo que quería hacer? .... Es complejo. No puedo ver el dormir como premio al cansancio diario. Lo veo como obligación, como rutina. Llegan las 11 y la alarma de esto se acaba salta en mi cabeza. Sólo puedo pensar en el poco tiempo que resta para disfrutar del silencio del exterior y de las reuniones que se van a celebrar en mi cabeza. Cómo festejaría que las once significaran temprano..

Voy asumiéndolo a medida que me dejo llevar por la falta de actividad de mi cuerpo. Me veo retada por el sueño, me envuelve la sensación de lentitud hasta en el habla... Me cuesta desear las buenas noches, él me gana. Tranquilidad, mañana despertaré en hoy.

Mi cuerpo pide tregua a mi mente. Las ideas me piden explicaciones, que no cierran la boca aferrándose en que estaré haciendo tan mal. Me chillan, me inundan, me ahogan, quiero aislarlas...  Eclipsarlas con el sueño que no da llegado. Callarlas. Callaos!!!

Muy decidida cierro los ojos pero los latidos del corazón no aminoran su paso. Se pueden apreciar con gran intensidad sus golpecitos... Incluso llegando a acelerarse. Lo noto en la garganta. Quiero que se vaya, quiero que se vaya, repito mientras doy mil y una vueltas en mi colchón. Pierna por fuera, vuelta a debajo del edredón, de nuevo en el exterior... Y así hasta que ya agotada y malhumorada miro por vigésima vez el reloj y decido dejar de darle importancia al mismo.  Reflexiono.

Debería dejar de darle importancia al ayer, al lunes, al mañana ... por lo menos en el momento que tengo para ser feliz con mis silencios.

Esto, señoras y señores en esos días, no va a suceder.

And after all you are muy wonderwall.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

He vuelto a ese lugar

No puedes evitarlo y recuerdas con excesiva nitidez tu cara oculta entre tus manos empapadas de lágrimas. Las sábanas, los recuerdos, el fut...