sábado, 12 de abril de 2014

Cuando encuentro una salida, tú apareces.

Me recuerda a esos momentos estúpidos buscando el salado sabor del mar en mis brazos. La brisa acariciándome las mejillas.El sol burlándose de mi dificultad para abrir los ojos ante su presencia. Las olas meciéndose sobre la arena,encontrándose una y otra vez con el tope de la orilla. 
Paseas con los pies descalzos y los tobillos descubiertos. Doblas el bajo de tus vaqueros oscuros, esos que tan cómodos te resultan, para no mojarte. Notas la temperatura del agua. Te hiela y te alivia a la vez. Es agradable. Te recuerda que estás vivo, y tan vivo.

Por un momento toda carga mental desaparece. No importa lo dura que haya sido la semana. Las discusiones que hayas tenido, las noches sin descansar que hayas pasado, las frustraciones acumuladas , las obsesiones que hayas tenido que ignorar , ni lo mucho que lo echas de menos. Esa sensación de paz es tuya. Incluso mejor que meterte en cama después de un duro día de trabajo. Te pasarías horas y horas admirando su naturaleza. Te gustaría poder quedarte a solas con tus pensamientos en ese lugar. Lo llevas dentro y lo sabes.

Allí, donde más resuena el eco de tus carcajadas.






En descuidos crearemos universos....



And after all you are my wonderwall

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